Yo no fumo, yo vapeo: daños pulmonares y cardiovasculares asociados
Autora principal: Stephanie Barboza Picado
Vol. XVIII; nº 13; 686
I don’t smoke, I vape: associated pulmonary and cardiovascular damage
Fecha de recepción: 11/06/2023
Fecha de aceptación: 06/07/2023
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com Volumen XVIII. Número 13 Primera quincena de Julio de 2023 – Página inicial: Vol. XVIII; nº 13; 686
Autores:
1Stephanie Barboza Picado
2Geovanni Soza Jiménez
3Christopher Contreras Cordero
1Médico General e Investigadora Independiente, Graduada de la Universidad de Costa Rica, San José-Costa Rica
2Médico General e Investigador Independiente, Graduado de la Universidad de Costa Rica, San José-Costa Rica
3Médico General e Investigador Independiente, Graduado de la Universidad de Costa Rica, San José-Costa Rica
Resumen
El acelerado aumento del uso de cigarrillos electrónicos en los últimos años ha hecho que su utilización sea una preocupación de salud pública. Aunque inicialmente el vapeo se comercializaba como una alternativa segura al fumado tradicional de tabaco, se ha visto en recientes estudios que sí tiene efectos perjudiciales en diferentes sistemas del organismo. Existe ya una entidad clínica definida de lesión pulmonar asociada al uso de e-cigarettes conocida como EVALI, cuyo diagnóstico ha venido en incremento en los últimos años.
Además, se ha establecido la asociación entre el desarrollo de patologías cardiovasculares secundarias y el fumado electrónico como efecto a corto plazo. Existen datos limitados sobre las secuelas a largo plazo que esta práctica pueda tener, ya que aún no han pasado suficientes años desde su introducción, por lo que es deber de las entidades de salud internacionales concentrarse en realización de estudios para conocer las patologías que se puedan desarrollar secundarias al vapeo a lo largo del tiempo.
Palabras clave: EVALI, cigarrillo electrónico, nicotina, tabaco, vapear
Abstract
The rapid increase in the use of electronic cigarettes in recent years has made their use a public health problem. Although vaping was initially marketed as a safe alternative to traditional smoking, recent studies have shown that it has detrimental effects on different body systems. There is already a defined clinical entity of lung injury associated with the use of e-cigarettes known as EVALI, the diagnosis of which has been increasing in recent years. In addition, the association between the development of secondary cardiovascular pathologies and electronic smoking as a short-term effect has been established.
The data on the long-term consequences that this practice can have are scarce, since not enough years have passed since its introduction, so it is the duty of international health entities to focus on carrying out studies to find out the pathologies that can develop overtime secondary to vaping.
Keywords: EVALI, electronic cigarette, nicotine, , tobacco, vaping
Declaración de Buenas Prácticas:
Los autores de este manuscrito declaran que:
Todos ellos han participado en su elaboración y no tienen conflictos de intereses.
La investigación se ha realizado siguiendo las pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos elaboradas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El manuscrito es original y no contiene plagio.
El manuscrito no ha sido publicado en ningún medio y no está en proceso de revisión en otra revista.
Han obtenido los permisos necesarios para las imágenes y gráficos utilizados.
Han preservado las identidades de los pacientes.
Introducción:
El origen en el uso de cigarrillos electrónicos o e-cigarrettes, se dio alrededor del año 2007 en el mercado estadounidense. Inicialmente surgió como tratamiento para la cesación del fumado de tabaco, no obstante no fue hasta el 2014 donde se observó un aumento significativo superando así al fumado de tabaco, y para el 2017 se describe como epidemia entre los estudiantes de colegio en los Estados Unidos (1). Dentro de las razones por las cuales se ha incrementado el vapeo, es quizás por datos sin fundamento científico, que describen que su uso tiene menor o nulo efecto en la salud de las personas en comparación con el tradicional uso de cigarrillos con nicotina. Sin embargo, durante los últimos años y en el contexto de la pandemia por el Covid19 se ha observado que realmente el vapeo es sumamente nocivo, incluso superando en algunos contextos el uso de tabaco. (2)
El fin de esta revisión bibliográfica es exponer los riesgos a nivel cardiopulmonar del vapeo y sus posibles consecuencias a corto plazo, dejando claro que su uso no es inocuo, tal y como se ha popularizado entre los jóvenes en el último quinquenio.
Metodología
Para la producción de este artículo se realizó una revisión bibliográfica extensa donde se tomaron en cuenta los datos aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como artículos de revisión bibliográfica provenientes de las bases de datos PubMed, Science Direct y ClinicalKey. La información recabada se centra principalmente en los últimos cincos años, en idioma inglés. Las palabras claves tomadas en cuenta para filtrar la información fueron las siguientes: “vapear” ”cigarrillos electrónicos”
¿Cómo funcionan los e-cigarettes?
Los e-cigarettes o cigarrillos electrónicos, son dispositivos operados por batería que emiten un vapor o aerosol que se puede inhalar hacia los pulmones. Existen muchos tipos de aparatos de vapeo, pero todos coinciden en tener principalmente una batería, un atomizador, y un líquido. El líquido que genera el vapor puede contener varias sustancias como nicotina, saborizantes, químicos asociados con desarrollo de neoplasias y metales pesados como plomo. Una vez que se utiliza, el líquido que contiene se calienta y se evapora, con lo cual se puede inhalar y exhalar. (3)
Prevalencia:
Para describir este parámetro se podría dividir a la población en dos subgrupos. El primero de ellos, los adultos que vapean; de acuerdo a The National Health Interview Survey (NHIs), hubo un incremento en la prevalencia del 3.7% en el 2014 a un 4.9% para el 2019, mientras que el 2020 descendió nuevamente a 3.7%, esto probablemente asociado al Covid19 (4,5). En cuanto a los jóvenes, en etapa colegial, se describe un comportamiento caracterizado principalmente por un aumento en la prevalencia, esto entre los años 2013-2019, mientras que para el 2020-2021, de acuerdo a National Youth Tobacco Survey (NYTS), se presentó más bien un deceso en el uso de e-cigarretes, como ejemplo pasó de 11.3% al 2.8% en el 2021.
Este fenómeno se explica principalmente a las medidas tomadas durante la pandemia de Covid19, en donde los estudiantes permanecieron principalmente en sus casas, y con poca interacción con sus pares de manera presencial. Mientras, que para el 2022 nuevamente se observó un repunte, llegando así a un 11.3% de prevalencia, esto explicado por el retorno a clases presenciales (3,6)
Efectos en la salud:
Efectos en Sistema Pulmonar
A mediados del 2019, se da a conocer una patología completamente nueva; EVALI (E-cigarrete, or Vaping product use Associated Lung Injury). En ese momento se describió un cuadro clínico caracterizado por síntomas respiratorios, gastrointestinales y sistémicos en hombres entre los 13 y 34 años de edad que regularmente usaban los vapeadores Para febrero del 2020 se reportaron aproximadamente 2800 casos relacionados con esta patología, entre ellos ocurrieron 68 decesos. (7,8). Como agente principal causante del EVALI se ha descrito el acetato de vitamina E, el cual es una sustancia viscosa y transparente utilizada típicamente para espesar los productos para vapear, como por ejemplo el tetrahidrocannabinol (THC). Esta, al ser calentada mediante los dispositivos de vapeo, forma un gas tóxico conocido como cetena (en inglés ketene) que afecta la tensión superficial pulmonar, y por ende a la mecánica ventilatoria del pulmón. (9)
De acuerdo a la Centers for Disease Control and Prevention (CDC), para diagnosticar pacientes con EVALI estos deben haber vapeado dentro de los 90 días antes del inicio de los síntomas, presentar infiltrados bilaterales en las radiografías de tórax, estar sin infección al momento de evaluación, y sin otro diagnóstico probable (cardiaco, oncológico, reumático, entre otros). Entre los síntomas principales se describe la disnea, tos, dolor torácico, diarrea, dolor abdominal, fiebre y fatiga. En los laboratorios se puede encontrar leucocitosis, aumento de las transaminas, proteína C reactiva (PCR) y la velocidad de eritrosedimentación (VES). (10) En cuánto al estudio de imágenes, las radiografías de tórax presentan consolidaciones u opacidades difusas, mientras que en la tomografía computarizada (TC), las opacidades presentan un patrón en vidrio esmerilado, que en ocasiones no afecta los espacios subpleurales, y en menor medida podrían observarse derrames pleurales. (11)
Actualmente no existe un tratamiento que tenga un respaldo científico sólido, ya que los tratamientos que fueron utilizados se dieron dentro de estudios observaciones y casos-control. Sin embargo, se recomienda el uso de glucocorticoides, tal es el caso de metilprednisolona en dosis de 0.5 a 1mg/kg/dia, bajando la dosis entre los 5 a 10 días posteriores, de acuerdo a la mejoría clínica del paciente. Con respecto al tratamiento de soporte en los pacientes hospitalizados, se enfoca en el uso de oxígeno suplementario mediante los diferentes dispositivos de oxigenación según sea el caso, con la finalidad de alcanzar una saturación de oxígeno entre 88% y 92%. En casos de hipoxemia persistente se sugiere continuar con el manejo propuesta para el síndrome de distrés respiratorio agudo. (11)
Por otra parte, se recomienda que signos vitales, oxigenación y tolerancia al ejercicio se mantengan estables durante las primeras 48 horas pre-egreso. Además de ello, se debe revalorar al paciente 2 días después de su egreso o sí existe recidiva de los síntomas, y se debe enfatizar durante esta visita la importancia del tratamiento de comorbilidades, particularmente el cese del vapeo. (12)
Efectos en Sistema Cardiovascular
Dado que el auge en el uso de cigarrillos electrónicos es relativamente reciente, existe cantidad insuficiente de datos sobre los efectos cardiovasculares a largo plazo en personas que practican vapeo. De la misma forma, muchos de los estudios se centran en poblaciones que utilizan tanto cigarros eléctricos como de combustión, por lo que ha sido difícil asociar efectos cardiovasculares a la práctica de vapeo únicamente. Las personas que solamente fuman cigarrillos eléctricos comprenden una población de menor porcentaje, así como más joven con su mayoría siendo menores de 25 años. Esto también forma una limitante en cuanto a comprobación de efectos, ya que no han tenido suficiente tiempo de exposición como para desarrollar enfermedades clínicamente significativas. Sin embargo, existen varios estudios que sugieren que una exposición aguda tiene potencial tóxico sobre el sistema cardiovascular al aumentar variables como presión arterial, frecuencia cardiaca y producción de estrés oxidativo sistémico. (13)
En un estudio transversal realizado por Osei et al, se encontró que el uso dual de vapeo y cigarrillos de combustión tiene una asociación significativamente alta con el desarrollo de enfermedad cardiovascular en comparación con el fumado tradicional por sí solo. Se ha demostrado que los cigarrillos electrónicos también causan inflamación y estrés oxidativo que llevan a formación de ateroesclerosis y enfermedad vascular, pero en una intensidad más baja que los cigarros tradicionales. (13) Asimismo, se ha comprobado que el vapeo lleva a endurecimiento de las arterias, disminución de dilatación mediada por flujo, aumento de la velocidad de onda de pulso, aumento de células madre endoteliales circulantes, y activación y agregación plaquetaria. (14)
Existe riesgo de desarrollar infarto de miocardio en personas que usan cigarrillos electrónicos diariamente, con probabilidades 1.79 veces mayores que en los fumadores tradicionales que nunca han utilizado estos dispositivos. (13) Se ha demostrado relación con otros desenlaces cardiovasculares mayores como evento vascular cerebral y desarrollo de arritmias cardiacas dado a activación nerviosa simpática secundaria a uso crónico llevando a muerte súbita cardiaca. (14) Por esta razón, aunque aún no existe suficiente evidencia de daños cardiovasculares a largo plazo, no se debe considerar el vapeo como una alternativa al fumado tradicional completamente inocua.
Conclusiones
La práctica de vapeo ha venido en gran aumento en los últimos años, especialmente al ser comercializado como una alternativa sin consecuencias a la salud, a diferencia del tabaco. Como se expuso anteriormente, ya se han logrado identificar asociaciones entre el uso de estos dispositivos y consecuencias cardiopulmonares a corto plazo, por lo que resulta erróneo establecer que es una opción absolutamente segura. Dado que su introducción ha sido reciente, y que gran parte de los usuarios son personas jóvenes, no se han podido establecer con claridad sus efectos a largo plazo. El uso de cigarrillos eléctricos comprende un tema importante de salud pública, y debe enfatizarse en seguir estudios de sus efectos a largo plazo para poder informar correctamente a los consumidores de sus posibles secuelas.
Referencias Bibliográficas
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